Roberto nos vas a faltar
Homenaje a nuestro entrañable compañero Roberto Paez Gonzales
miembro fundador de Carta Abierta Francia
Maria Lagrange y Alberto Di Pilato
Hoy junto a tu familia y tus amigos, queremos decirte con Alberto, que estarás siempre presente entre nosotros materializado en nuestra memoria.Pero cómo evocar tu retrato en este hondo momento en el que la vida nos arranca tu existencia?Las primeras pinceladas que diseñan tu vida llevan los colores y las materias de la obcecación lúcida propia de los revolucionarios.Formaste parte de los grupos jóvenes de la resistencia peronista enfrentando a la que hoy conocemos como la revolución fusiladora.Comenzaste tu militancia en los años 60 y fuiste compañero de Cacho El Kadre, de Gustavo Rearte, de Ricardo Carpani entre otros tantos jóvenes que marcaron tú generación y la nuestra.Compañeros de una generación que fieles al amor, a través de su compromiso militante, trenzaron sus destinos en innumerables facetas de la pasión en defensa de valores dignificadores y enoblecedores de la humanidad.Doctor en Economía, docente e intelectual, tu discurso siempre abarcador y por sobretodo inclusivo lo traías desde tu infancia, lo aprendiste en tu hogar al que aterrorizaban por ser peronista.Un hogar dispuesto a resistir cualquier distracción o desafío del olvido en cada detalle, incluso disimulando las fotos de sus líderes míticos detrás de los cuadros.Desde tu adolescencia, pese a recibir la influencia educadora del opresor, tu corazón se irguió incorruptible en tus convicciones y sobretodo en tus sentimientos y desde ese amor al pueblo adheriste al Kirchnerismo porque también para vos pueblo es uno y es el otro.El pueblo que no persigue, ni mata, sino que sueña con un mejor individuo, una mejor organización que permita avanzar hacia la victoria de la nobleza humana, la solidaridad fraterna con todos y con cada uno.Tus consignas operativas fueron la perspicacia, el compromiso y la lealtad, desde donde cada uno podría asumir sus responsabilidades militantes en el seno de las organizaciones políticas y sociales del peronismo revolucionario.Desde el exilio en Francia, denunciaste a la dictadura y planteaste en innumerables discusiones los errores del campo popular.Viviste haciendo uso de tu libertad de expresión, tú ultima labor nos queda en tu blog, el cual es un ejemplo de trabajo generoso y de entrega.Luchando hasta último momento contra la indiferencia a la vulnerabilidad, alcanzaste un compromiso fraterno y creativo ejemplar que intentaba dilucidar permanentemente la precariedad sistémica.Proponías generosas soluciones siempre en el marco de nuestras consignas de Justicia social, de soberanía política, de derechos humanos, siempre reivindicando la identidad latinoamericana, las libertades públicas y los reclamos ciudadanos. Fiel siempre a los sectores víctimas de la exclusión y la precariedad y coherente con esa posición nacional que aprendiste junto a Hernández Arregui que te enseñó a razonar la realidad sin deslumbramientos foráneos.Fuimos con vos y Alberto Di Pilato miembros fundadores del Colectivo por la Memoria junto a la infatigable e imprescindible Alicia Bonet y también tuvimos el enorme privilegio en el 2008 de fundar junto a vos nuestro querido espacio de Carta Abierta Francia. Dese allí unidos, hicimos frente a los permanentes intentos de destitución de los que fue víctima el kichnerismo.Agradezco profundamente a la vida que nuestros destinos se hayan cruzado y haber aprendido tanto y compartido este maravilloso trabajo que transitamos juntos. Agradezco infinitamente tu enorme consideración en todo lo que se refiere a la cuestión de género, lo cual siempre tuvo un reflejo sin falla en la vida cotidiana. Agradezco enormemente tu paciencia y la sorpresa siempre feliz de tu entusiasmo y adhesión a cada oportunidad de emprender algo.Guardo, querido amigo del alma, tus infinitas delicadezas y tus gestos respetuosos en una profunda amistad que sella en la eternidad esta historia en el exilio. Guardo infinitas charlas y anécdotas de tantos amores que también te tocó perder como hoy a nosotros nos toca perder tu sonrisa y tu afecto.Esto es así, querido amigo, pero lo bueno es que nosotros lo sabemos y todos los que vendrán lo sabrán. Sabrán que la memoria es repetir las palabras y contar las vidas de los compañeros. Como vos decías: para disfrutar la política, tener nuevas ganas culturales, salir a la calle a exponerse, a decir lo que está pasando, a ser protagonista.Tu inolvidable consigna siempre fue que “el que tiene que ganar es el pueblo argentino”, “los que tienen que ganar son los pueblos latinoamericanos”.Roberto nos vas a faltar.
Nuevo e infundado ataque de Clarín esta vez a la Embajada argentina en París -Traduction au français à la fin-
Por Carta Abierta Francia
http://www.clarin.com/politica/Paris-embajada-argentina-policia-impida_0_1306069754.html
La nota que se adjunta del 18/02/15, titulada «En París, la embajada
argentina pidió que la policía cerrara el paso» amerita algunos comentarios.
En ella se acusa a la Embajada de haber tomado medidas para interferir o impedir que se realizara en las puertas de la Embajada Argentina en Francia una manifestación en solidaridad con la marcha convocada en Buenos Aires, por un grupo de fiscales.
Es necesario informar que en Francia no está permitido manifestar espontáneamente en la vía pública. El derecho de manifestación está sometido a un trámite que consiste en la presentación de una declaración previa en la Prefectura de Policía indicando el motivo, el lugar, la fecha y la hora, así como la duración y el itinerario si es una marcha. La presencia de personal de la policía responde al artículo 431-3 del Código Penal Francés que dice “toda concentración de personas sobre la vía pública o en un lugar público es susceptible de causar un trastorno público (…) puede ser disipada por la fuerza pública una vez consumadas las advertencias habituales. Toda llamada a una manifestación no autorizada se considera un delito.*
Para quienes participamos durante la dictadura militar en las manifestaciones de los jueves frente a la Embajada Argentina, en solidaridad con las Madres que lo hacían en Plaza de Mayo, nos era habitual la presencia de la policía francesa que tiene la obligación de proteger toda representación diplomática. Pero para Clarín se trató de una prueba contundente de impedir a los manifestantes expresarse libremente.
Es evidente que esta manifestación debía solicitar el permiso correspondiente a las autoridades, sobretodo estando en “alerta atentado” en pleno dispositivo Vigipirate y a un mes y medio de un espantoso atentado terrorista. Por lo tanto es más que obvio que debía ser circunscrita por personal policial. La ley lo obliga y no tiene nada que ver con una estrategia K tratando de impedir nada.
Por lo tanto es necesario informar claramente a todos y especialmente a los ciudadanos que estuvieron allí presentes, que fue gracias al pedido de protección efectuado por la Embajada que la manifestación pudo desarrollarse con normalidad. El pequeño grupo de personas que participó en ese evento no autorizado, en su mayoría turistas, pudo así evitar ser detenidas o demoradas por la Prefectura. Llamar peyorativamente ministra K a la Embajadora, cuando se arriesga una contravención por manifestar en la vía pública sin autorización es tan burdo como lo es referirse a la Embajada Argentina en Paris calificándola de “instalaciones diplomáticas” buscando menospreciarla.
En el pasado, lamentablemente, ya hubo que desmentir acusaciones y difamaciones al Embajador Luis Ureta Saenz Peña y el economista Martin Lousteau y más recientemente todos recuerdan la otra falsa acusación desde Punta del Este al Canciller Héctor Timerman de no haber participado en la manifestación republicana de solidaridad con las victimas del semanario Charlie Hebdo y el Supermercado Cacher.
El Canciller de paso por Paris, había firmado el libro de condolencias en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia y participado de la manifestación.
Para el cartesianismo francés, una verdad a medias es una mentira. En el ámbito del periodismo y el cientificismo histórico es un error intelectual producir interpretaciones, alteraciones en las fuentes o convertir en fuentes subjetivos testimonios que producen quienes son juez y parte. Menos aún se pone en boca de otros respuestas inverosímiles, ni se imaginan sentimientos que toman por ingenuos o ignorantes a los lectores de su propio medio.
Nouveau et infondé attaque de Clarin cette fois à l’Ambassade Argentine à Paris
Par Carta Abierta Francia (Lettre ouverte en France)
Traduction Celine Lanfranco
Le texte ci-joint du 19/02/2015 intitulé “ A Paris, l’ambassade d’Argentine demande à la police de barrer la route » mérite quelques commentaires.
Dans ce texte, l’Ambassade d’Argentine en France est accusée d’avoir pris des mesures afin d’interférer ou d’empêcher qu’une manifestation de solidarité avec la manifestation organisée en Argentine par un groupe de procureurs prenne place face à la porte de ses bureaux à Paris.
Il est important de rappeler qu’en France, nul n’est autorisé à manifester spontanément sur la voie publique. Le droit à la manifestation est soumis à un traitement spécial, il faut présenter un préavis de manifestation auprès de la préfecture de police indiquant le motif, l’endroit, la date, l’heure, la durée et le parcours s’il s’agit d’une marche. La présence du personnel de police répond à l’article 431-3 du Code Pénal français : « Constitue un attroupement, tout rassemblement de personnes sur la voie publique ou dans un lieu public susceptible de troubler l’ordre public. Un attroupement de personnes sur la voie publique peut être dissipé par la force publique après deux sommations de se disperser restées sans effet adressées (…). Tout appel à une manifestation non autorisée est considéré comme un délit »*
Pour ceux d’entre nous qui, pendant la dictature militaire argentine, avons participé aux manifestations devant de l’Ambassade Argentine de France tous les jeudis en solidarités avec les Mères de la Place de mai, la police était toujours présente car elle était tenue de protéger les représentations diplomatiques. Mais pour le journal Clarin, la manifestation du 18 février 2015 est une preuve irréfutable que l’on empêche les manifestants de s’exprimer librement.
Pour des raisons évidentes, cette manifestation aurait du faire l’objet d’une validation par les autorités, surtout en plein plan Vigipirate, « alerte attentat », et à peine un mois et demi après les attentats terroristes qui ont eu lieu à Paris. De fait, cette manifestation devait forcément être encadrée. La loi l’oblige, et cela n’a rien à voir avec une stratégie K qui essaye d’empêcher quoi que ce soit.
Il est nécessaire d’informer clairement tout le monde, et plus particulièrement les citoyens présents lors de cette manifestation, que grâce à la demande de protection effectuée par l’Ambassade, la manifestation a pu se dérouler normalement. Le petit groupe de gens qui ont participé à cet événement non autorisé – en majorité des touristes- a ainsi évité d’être interpellé ou arrêté par la Préfecture. Qualifier de façon péjorative l’ambassadrice de « Ministre K », quand on risque une condamnation pour manifestation sur la voie publique sans autorisation, est tout simplement grossier, de même que de déprécier l’ambassade d’Argentine en France en la nommant « installations diplomatiques ».
Malheureusement par le passé, il a déjà fallu démentir des accusations et des diffamations contre l’ambassadeur Luis Ureta Saenz Peña, l’économiste Martin Lousteau et plus récemment, tout le monde se souvient de la fausse accusation, envoyé depuis Punta del Este en Uruguay contre le chancelier Hector Timerman, alors accusé de ne pas avoir participé à la marche républicaine de solidarité aux victimes de Charlie Hebdo, et de l’Hypercacher. Le chancelier, en visite à Paris, avait présenté ses condoléances au Ministère des affaires étrangères français, et avait participé à la manifestation.
Dans l’esprit cartésien français une demi-vérité est un mensonge complet. Dans le milieu journalistique et scientifique historique, c’est une erreur intellectuelle que de faire des interprétations, altérer les sources ou transformer en sources des témoignages subjectifs produits par ceux qui sont à la fois juges et parties.
On ne peut pas faire dire aux autres des réponses fausses et on ne peut inventer des sentiments qui prennent les lecteurs de leurs propres médias soit pour des imbéciles soit pour des naïfs.
Ultimo artículo del año 2012 – Feliz 2013
El Otro insondable
Por María Lagrange
Pintora
En el artículo “Dos miradas sobre los saqueos. Lo insondable”, que publicó Horacio González en Página 12, el 26 de diciembre del 2012, plantea un enigma que obliga analizar los comportamientos humanos desde un ángulo diferente de las habituales condiciones económicas o morales. La incógnita de “lo insondable” que allí se plantea apunta directamente a una cuestión de orden metafísico en la política. Esta cuestión no es menor, hace a la mística política, ello pone en relieve la frontera de interpretación que existe entre las ciencias sociales y el arte donde ambas tratan de dilucidar la razón de vida o muerte que impulsa un acto.
La mística política interesa a los científicos, filósofos y a los artistas desde tiempos inmemorables, porque de alguna manera planifica el relato histórico y la noción humana de gloria o de victoria (según desde donde se hable). ¿Qué idea de gloria y victoria hace que se construyan anhelos y descubran valores vitales, que justifiquen los actos humanos en el escenario histórico? La historia son actos y el mundo es una escena, ambos se unen para dar sentido a la humanidad. Según la manera de interpretar este sentido será arte o ciencia.
González interroga los saqueos desde la condición humana de decidir y hace pensar forzosamente en el libre albedrío. Reconoce que “los conocimientos formales de las ciencias políticas no incluyen la idea del saqueador en el ideal del ciudadano” y desde esa lógica científica asevera que “Pueblo es lo que no saquea”. Si lo que saquea no es pueblo, entonces qué es lo que saquea? Se preguntaría Hamlet ¿Cómo diferenciar políticamente los comportamientos que son sociales y colectivos de los que son individuales pese a que actúen en grupo? La pregunta a su vez encierra, igual que las muñecas rusas, otras preguntas ¿Cómo opera el libre albedrío y cómo éste diferencia la cuestión pública de la privada? Otros interrogantes más internados en el texto intentan dilucidar las claves de decisión de un individuo que impactaran, como dice González, en el “tejido de individuos que actúan en el conjunto social”.
Hay una forma de conducta sin moral, dañina, jactanciosa, lindante con el juego del divertimento que desdramatiza en burla todo perjuicio que se ocasiona, que en ciertos momentos son la mano sucia de la política. Relativizando toda responsabilidad, esta filosofía del comportamiento vil, somete todos los valores civilizatorios de respeto, lucha, justicia, verdad, nobleza, valentía, honradez, compromiso, lealtad para reducirlos a categorías infernales del Dante. Burlando el trabajo de Sócrates, quien con su técnica mayéutica limpió estos arquetipos de emotividad y fanatismo, para educar al ciudadano en el compromiso consciente con la democracia y uso sabio de la libertad.
González es sociólogo y dirige la casa de letras más importante del país, donde conviven textos científicos y literarios de todos nuestros ancestros y contemporáneos. De la alianza entre la Sociología y la Literatura que habitan al director, no es extraño que surgiera un ágora de debate político con objetivo epistolar (forma literaria de comunicar) el cual él llamó CARTA ABIERTA.
Esta frontera entre dos mundos de interpretación, que entreteje las fibras de las ciencias sociales y del arte, se me ocurre que es la fundadora de un antiguo “pensamiento nuevo” (stil nuovo), que desde su consolidación en la ciudad–Estado de Florencia hace 8 siglos, no para de abortar pese a llamarse Renacimiento. Esta frontera integra y a la vez diversifica la “interpretación”, de los hechos?, actos?, sucesos?, episodios?, eventos?, circunstancias?, acontecimientos?, asuntos?, incidentes?, vicisitudes?…perdón, es que la lista de puntos de vista del observador sigue…, haciendo a “la cuestión de lo insondable” tan difícil de caratular inclusive para comenzar a analizar.
González es sociólogo de letras y el Dante, un poeta de la política, la particularidad es que ambos se interrogan sobre lo insondable, y yo entiendo inmediatamente en esta interrogación la subpregunta: ¿qué motiva el libre albedrío a la hora de elegir ser? González comienza su texto diciendo: Para mentes correctas, nada hay de insondable. Todo puede conocerse.
El arte no es un tribunal, es un organizador del conocimiento empírico, es un experimentador, entre otras cosas, de la anticipación y la profecía intelectual, atributos del pensamiento inmaterial que se practican gracias a la imaginación, asociación, abstracción, mentalización, la creatividad. González, como Dante, establece categorías humanas definidas desde el comportamiento y nos libra una clave de lectura sobre las reglas metafísicas que rigen nuestro tiempo y nuestro espacio de vida, González dice: “hay un punto abismal, que… se produce en el doble plano de una conciencia colectiva y una conciencia individual”. En la legendaria ciudad de Florencia que nació en el año 1293 con la consolidación popular de las “Ordenanzas de Justicia” se dio comienzo al llamado “Estado más moderno del mundo”. Es en ese siglo 13° que Dante introduce la metafísica en la política y divide la eternidad de las almas en 3 mundos: el 1° infernal, el 2° un purgatorio, y el 3° un mundo de príncipes, santos y grandes chamanes que se unen a la obra inconmensurable de la vida. El poema determina las conjunciones entre el comportamiento individual y la historia, configurando 9 círculos durante 33 cantos en el infierno, 7 círculos en los 33 cantos del purgatorio y 10 cielos más la visión del punto absoluto de todo el ser (el punto abismal al que se refiere González), en los 33 cantos del Paraíso, que junto con la introducción, conforman 100 cantos compuestos en triadas. Más allá de la proeza geométrica-aritmética-rítmica de la obra política del exilio del Dante, ambas plumas intentan decir que democracia es una resultante de la voluntad del ciudadano y que el libre albedrío de cada individuo no decide solamente sobre él mismo sino sobre todo el tejido social, lo que constituye el “doble plano” y le otorga al individuo un poder trascendental inclusive en el tiempo, que asienta su base en la propia democracia que destruye, donde paradójicamente limita la justicia divina y la justicia humana.
Aquí lo que nos interesa es la coincidencia del escritor medieval con González y el intento de dilucidación de lo insondable en política. Lo que González denomina “Trágicas ocurrencias” es a mi modo de ver el perfecto resumen del cartel que inmortalizó la puerta del infierno del Dante: «Por mi intermedio se va a la ciudad del llanto, es por mí que se va al dolor eterno y al lugar donde sufre la raza condenada, yo fui creada por el poder divino y no hubo nada que existiera antes de mí, abandonen toda esperanza los que entren por aquí» ,»Lasciate ogne speranza, voi ch’intrate. Por otra parte González habla de ese mismo momento en el que el ciudadano decide penetrar el infierno diciéndolo de otra manera: “Pero en el ultimísimo grado de conciencia del tejido de individuos que actúan en el conjunto social, hay siempre un punto insondable, un deseo de atravesar el campo de los deseos prohibidos, hacia una imagen recóndita del tumulto”.
González interpela, “que pensemos el punto de densidad absoluta en que alguien decide actuar en función de un saqueo”; esto nos ubica en un observatorio colectivo donde el bien común intenta interpretar el libre albedrio individual de cada operador humano a la hora de decidir desde donde obra. González Interroga: “¿Cuándo me decido o me pienso saqueador, en vez de vecino, compañero, hombre de barrio o sufridor de las derrotas de mi equipo?” nos propone practicar el juicio kantiano delante del árbol del bien y del mal. Dante en su poema narra la observación de una vida después de la muerte (del cuerpo). Solo el cuerpo sufre hambre y obra en el mundo según el hambre que tiene; aquí también González señala otro letrero retórico: “la gran parábola del hambre” que lo lleva a internarse en la interrogación que diferencia hambre de apetito.
El hambre, todos aceptamos que es una situación desesperada, pero el apetito? es otro tipo de hambre o de desesperación? y eso no podemos amalgamarlo, ni despreciarlo en el análisis del comportamiento, porque el apetito también desespera, impacienta e indigna, pero es un vicio.
González reflexiona, “Es evidente que el oscuro prestigio de los saqueos proviene de un fondo histórico. Quizás sería el resorte oculto final del alma de los pueblos y asimismo de los pensamientos secretos del fanático del Orden. Pero están vinculados a la gran parábola del hambre, la multívoca metáfora que sin embargo es tan pétrea que pocas veces permite extraerle significaciones más reales. La palabra hambre nunca tiene hambre, siempre está saciada de dictámenes tan terminantes, que al poner a todos contra las cuerdas hace pensar, a las instituciones públicas y a la sociedad entera, que los cuerpos raquíticos las recusan infamantemente”. Si hablamos de metafísica, la pregunta pertinente es ¿Después de la muerte, es social la vida del alma? El Dante en el Infierno nos narra una vida puramente individual, las almas no están solas en los círculos pero nadie las ayuda a cumplir sus penas. Cada uno está condenado por su propio acto y nada puede ayudarlo a eludir su responsabilidad: el tormento es remordimiento memorial. En cambio en el Paraíso las almas configuran un tejido social sólido, unidos por una conciencia que los reúne, que los congrega hacia un alimento vital, allí nadie destruye lo útil, lo necesario, lo valioso, lo benéfico y lo lucrativo. Tampoco nadie se apropia, porque la fuente que provee el alimento vital vive perennemente y siempre regenera lo necesario, lo valioso, lo benéfico y lo lucrativo venciendo el apetito y resolviendo el hambre con su voluntad de generosidad indispensable, en resumen la abundancia es inteligencia colectiva con amor consciente hacia sí misma.
El libre albedrío es una condición metafísica del comportamiento de la humanidad que tiene una contracara ineludible: la responsabilidad. Ambos platos penden del hilo de la justicia histórica que busca recomponer la imagen del dios, imbricando correctamente los pedazos del espejo. La política es el arte de gobernar el poder de lo diverso y ese arte requiere intención colectiva para generar equilibro en la balanza. Ese es el Paraíso unificador del Dante donde la noción de equilibrio equivale al encastre virtuoso y victorioso. Quién puede entonces negarse a esta gloria? Únicamente la sombra del “príncipe” que no diferencia entre ser y no ser ciudadano.
Carta Abierta/12: La diferencia
1.
El actual gobierno mantiene una diferencia que se hace notoria cuando crece la espesura de hechos que son portadores de cierta turbación y ambigüedad. Pero en las innumerables tensiones de la hora, permanece siempre un sentido decisorio ligado a un círculo efectivo de protección de las grandes reformas introducidas en la vida social, en la economía de los sectores populares, en las acciones que involucran al Estado asumiendo responsabilidades colectivas indelegables. Y, desde luego, en el tejido de la memoria nacional, como lo demuestran los juicios que siguen ensanchando las fronteras de la democracia activa, hijos del hiato que significó la decisión de que los símbolos del terrorismo de Estado caigan de las paredes del Colegio Militar en donde superponían la historia aciaga del pasado con las historias nuevas que debía vivir el país.
Así, el kirchnerismo es un implícito y explícito sentido de la historia basado en el igualitarismo político, social y de género; en el desarrollo nacional compartido con nuevas políticas ambientales, lo que aún debe perfilarse con vigor e imaginación nueva; en la modernidad basada en críticas pertinentes a la globalización; en el autonomismo de los movimientos sociales, aun cuando entre ellos y el Estado todavía deben generarse posibilidades más ricas de interrelación; en la promoción científica y técnica bajo el doble resguardo de la soberanía nacional y la autonomía del pensamiento crítico; en un latinoamericanismo activo que se inspire en los legados más que centenarios y pueda concretarse en el siglo XXI en nuevas sociedades mancomunadas sobreponiéndose a las acciones desestabilizadoras que son un acecho permanente, como lo demuestra el caso del Paraguay. Y tantos otros hechos, operantes en la memoria pública, que no se pueden oscurecer por los tropiezos y obstáculos que se ciernen en el horizonte. Pero el kirchnerismo es también una actuación posible, necesariamente creativa, en un mundo capitalista en quiebra, que como decían viejos y respetables escritos, surge y crece con sangre entre sus poros, arrastrando a los procesos populares, muchas veces, en su ordalía de decadencia y servidumbre.
Brecha, pausa, fisura, hendija, diferencia. Quedémonos con esta última palabra, aunque las demás son parecidas. En todos los casos se desea significar la figura de una innovación en la espesura de hechos, y como se ha dicho, de una peculiaridad irreductible que subsiste en el movimiento político que gobierna el país a pesar de que se lo quiere ver inmerso en el manejo de arbitrariedades, como disuelto en retrocesos y pequeñas maniobras de subsistencia. Decir diferencia presupone una fórmula para volcar los hechos hacia la percepción de las novedades, que los hace distinguibles a pesar del cúmulo de incidentes circunstanciales y con apariencias contradictorias con el significado que los origina. Es que el kirchnerismo, en primer lugar, es un modo de tomar decisiones bajo el acoso de severas circunstancias políticas. Hay en la Argentina un rompecabezas que no se descifra con los conocimientos clásicos, aunque muchos de sus tramos son sabidos. Continúa entre nosotros la tarea de desfondar el núcleo principal de creencias que selló, hace casi una década, la voluntad de revertir en el país los daños inferidos por una revolución conservadora indefendible, aunque sus consignas destructivas todavía se resistían a salir de escena luego de la formidable crisis del 2001, como lo prueba la votación del 2003, donde Menem aun ocupaba el primer lugar y el no muy conocido Néstor Kirchner el segundo. Para percibir lo que mencionamos como desfondamiento o violentación, basta leer los diarios, porque en ellos está la noticia y también el ariete que las recrea a la manera de un bonapartismo mediático.
¿Cómo se produce el permanente quebrantamiento de la institución gubernativa a partir de los procesos contemporáneos de la justicia y del bonapartismo mediático? Podemos ver que bajo el acoso de un impresionante aparato comunicacional se emplean estilos profundamente corrosivos. Toda inmediatez es promovida como si no hubiera diferencia entre las ocurrencias desdichadas en una sociedad compleja –accidentes varios, hechos de sangre, vulnerabilidad de derechos, todos los sucesos lamentables de la vida injusta, que no ha desaparecido de ninguna de las grandes metrópolis mundiales, inclusive las nuestras-, con lo que podríamos llamar la Culpa Estatal. Tan sólo los que insisten machaconamente que la Presidenta no distingue entre su vida privada y los asuntos públicos, son quienes presentan la imagen de una sociedad quebrada por la inseguridad, la corrupción y la inflación. Para mostrar esta tesis, una batería de imágenes de situaciones de criminalidad se encarga cotidianamente de privar de contextos y de marcos explicativos singulares a acontecimientos que parecerían emanar de un gran hueco donde las vidas están en peligro constante y la responsabilidad de todo ello recaería sobre el Estado.
Todo gobierno de raíz popular hoy está en riesgo y debe partir de esa premisa. Y para disminuir esos riesgos sólo vale acentuar y promover un sentido de realidad tan efectivo e histórico, como empírico e intelectual. Este reclama una nueva visión crítica de los modos comunicacionales que no sólo por ideología y voluntad, sino también por su configuración tecnológica, encarnan una suerte de gobierno de las almas, donde se infunden las nociones fundamentales de miedo, el primitivismo justiciero del vengador y el pensamiento descartable y rápido, basado en golpes pulsionales que anulan toda mediación entre sociedad e instituciones. No se trata de negar la existencia de problemas, pero todos ellos, pasados por los tejidos conceptuales y redes mediáticas, adquieren un estatuto fantasmal, son generalizables como juego inmediatista de las conciencias, infundiendo un sentido de ciudadanía aterrorizada, dispuesta -frente al abismo conceptual que se les presenta- a darle sustento a ideologías de mano dura, securitistas, planes de ajuste, pedagogías del pánico; en suma, derechización de las sociedades.
Contra eso nos expresamos y luchamos. Sabemos que para atacar al gobierno, se ataca la diferencia que encarna. Y para eso se recurre no apenas a los grandes mitos comunicacionales de la vida segura y purificada –mito despolitizador, pues sólo la política pública y colectiva puede dar seguridad democrática a las poblaciones sin artificializar las formas de vida-, sino a enviar sus arietes de izquierda a las zonas de superposición con los grandes aglutinantes de la globalización –por ejemplo, la política minera, que aún no cuenta con suficientes resguardos en cuanto a las exigencias ambientales y, más todavía, a las exigencias de vida de las comunidades cercanas a los establecimientos extractivos -, sabedores que allí hay tareas incumplidas, definiciones que deben transitarse. Pero al señalarse que se está frente a un gobierno que sostiene esquemas económicos atravesados por las dificultades de la hora, los grandes medios han decidido el esfuerzo máximo de travestismo. Mientras acusan al gobierno de apócrifo, deciden ser de derecha cuando atacan los horizontes avanzados en cuanto a las política de derechos humanos; deciden ser de izquierda cuando atacan las políticas extractivas; deciden ser lo contrario de lo que fueron en el 2008 cuando en el 2012 sugieren un sojadependencia; deciden ser libertarios cuando atacan a los periódicos oficiales por ser “pautadependientes”, abandonando como una ilusión adolescente su situación real de ser los grandes medios de comunicación que, a su vez, son empresas del capitalismo internacionalizado, siempre dispuestas a asociarse a las causas más retrógradas del vasto mundo.
Todo, con tal de atacar la diferencia, aquello que hace del kirchnerismo una instancia que se sitúa en el terreno de la decisión nueva. Nueva por guardar el espíritu de cambio de generaciones anteriores, nueva porque navega en las aguas inciertas de una humanidad sometida a poderes coercitivos e inhumanos, y preserva el hilo esperanzado de una sociedad con derechos y libertades redescubiertos para innovar las prácticas políticas. La lucha por mantener y ampliar la brecha está a la orden del día. No se ha oscurecido esa diferencia por la serie de obstáculos que surgen transversalmente de las afueras y del propio interior de ese movimiento político, si lo definimos como colector de amplias modalidades del ser político, tal como se ejerce en los partidos populares argentinos. Ante ello, son necesarios nuevos procedimientos, o la conciencia de nuevos procedimientos que eviten que la distancia de hecho y de derecho producida respecto a la política tradicional, sea devorada por esa misma política tradicional que tiene a su disposicion toda clase de máscaras para su oficio de desfondamiento: máscaras de moralidad abstracta y de izquierdas que no son lúcidas ante la paradoja.
Una nueva derecha quiere que se olvide que lo que da fuerzas a esta experiencia contemporánea es el modo cómo, desde sus comienzos, se ligó a la idea de resistencia en los 90, a las movilizaciones sociales inaugurales del siglo XXI y a las tenaces luchas por la memoria y por los derechos, para entonces sumergir la diferencia que organizó el espacio político de esta década. Lo suyo es el aplanamiento cultural a las formas más establecidas de un optimismo comunicacional y sentimentaloide, la legitimación de políticas de criminalización social ejercidas por policías bravas que siguen utilizando la tortura como brutal método represivo, la despolitización enunciada como horizonte de la gestión estatal, la realización de medidas de contención social sin vocación transformadora. Se erige, explícitamente, como alternativa de un tipo de concepción de la política que es conflictiva porque se pretende transformadora, que es reapertura de problemas porque se sabe disruptiva, que por muchos momentos parece apenas balbuceada pero porque no renuncia a su propia invención.
No puede haber, para nosotros, continuidad entre la experiencia política de la que somos parte y esa nueva derecha que quiere erigirse como heredera. Porque si apoyamos la ley de medios es también porque debatimos el formato bajo el cual se forjan subjetividades a la orden de la sociedad del espectáculo. Porque si habitamos el presente con angustia y entusiasmo es porque no creemos que el horizonte pueda ser definido por una idea de felicidad colectiva centrada en el consumo y en la reproducción del capital. Porque si hacemos política es porque vemos, en la escena contemporánea, los intersticios a expandir no sólo para la reparación de los muchos daños que vivió nuestro pueblo, sino también para la creación de formas de vida emancipadas. Nada de eso persistirá si triunfan aquellos que quieren acotar el kirchnerismo a una etapa casual del peronismo, transitoria y renunciable, declarando sucesores naturales a las derechas internas. Lo que está en juego no es poco. Y no se trata de una oscura disputa de poder sino de la posibilidad de que lo sucedido y lo realizado no sea liquidado por los agentes de la repetición, ni conjurado por las fuerzas –múltiples y extendidas- del conservadurismo argentino, presente tanto al interior como fuera de la alianza electoral triunfante.
La situación en el movimiento obrero organizado deja en evidencia el enorme retraso que existe en el campo nacional y popular con respecto a superar viejas modalidades de organización corporativa y de connivencia con las patronales que hoy se transforman en un lastre para el proceso que vivimos. Durante décadas se amasó en Argentina un modelo de sindicalismo que si bien defendía, en algunos casos, los derechos de los trabajadores que representaba, al mismo tiempo fue constituyendo lógicas empresariales en su interior y cercenando alternativas. De allí el nombre de “corporación” que se ha arrojado a la discusión pública. Si la actual hora argentina es, como creemos, de profundas transformaciones, y si está en juego la democratización de cada vez más esferas de la vida social, entonces lo que alumbra este conflicto es la posibilidad de modificar las antiguas organizaciones sindicales. Hoy necesitamos de la participación de los trabajadores, representados democráticamente, en la convocatoria a discutir la participación activa en la construcción conjunta del proyecto nacional.
La ruptura de un sector de la CGT con el gobierno, y su sorprendente alianza con la derecha, contrasta tanto en prácticas sindicales como en posicionamientos políticos con la experiencia que expresan los gremios nucleados en la CTA que conduce Hugo Yasky. A esta constatación no son ajenos ciertos sectores de la clásica central obrera, pero su rol minoritario diluye las posibilidades de incidir en los grandes trazos de la política que se construye desde Azopardo.
En el mundo sindical, las viejas conducciones no pueden admitir que la incorporación de más de cuatro millones de jóvenes trabajadores al circuito productivo acentúe la urgencia de un modelo sindical distinto, con democracia interna y mayores libertades de actuación y representación. La actual legislación no ha podido impedir la fragmentación política de las estructuras tradicionales, ni garantizar que alguno de esos fragmentos sea genuino apoyo para el proyecto que gobierna la Argentina desde 2003. La ruptura de su alianza con el gobierno no acredita, para Hugo Moyano, el papel que tampoco pueden acreditar para sí aquellos que claman para sucederlo.
La crisis del viejo modelo sindical seguirá siendo una atmósfera propicia para el conservadurismo y la reacción si no es superada con la promoción de leyes que garanticen la plena participación de los trabajadores, que establezcan métodos transparentes de elección, que ilegalicen los procedimientos y prácticas que naturalizan el fraude y la proscripción de listas opositoras, que aseguren la incorporación y representación de las minorías y que, en definitiva, preserven la autonomía sindical y la plena libertad de agremiación.
En esta escena el juicio y castigo a los culpables materiales e intelectuales del asesinato del joven Mariano Ferreyra, cuyo principal acusado es José Pedraza, constituye un inédito hecho contemporáneo que, paradojalmente, surge de un reclamo social, de las actuaciones estatales y de los giros político-culturales profundos de la etapa política, más que de una impostergable revisión del propio sindicalismo en crisis. Un antes y un después quedará sellado por el resultado de este juicio en el que no puede quedar habilitada ningún tipo de impunidad.
Por eso insistimos: son necesarios nuevos procedimientos, porque la diferencia que el kirchnerismo encarna está a la vista. Como ciertas constelaciones, en el agitarse de los días, a veces se ve más nítida y otras no, se balancea entre las zonas penumbrosas de un país difícil para las grandes transformaciones. Para los que hace mucho entienden qué es lo que está en juego, es precisamente por eso –por la diferencia, que es la forma de la esperanza- que lo atacan.
2.
Si algo se viene construyendo como identidad del proyecto en despliegue es lo democrático-nacional-popular. La frase no es un clisé, pues está abierta a la vida cotidiana, a las clases sociales productoras, a los intelectuales de todas las corrientes que interpretan con pluralidad de estilos las necesidades de un cambio civilizatorio. Lo recorrido desde el 2003 instituyó a la autonomía financiera como raíz de la política económica y también de la propia cultura de esta etapa histórica. Desendeudarse y ser libres para formular nuestros planes, establecer nuestra fiscalidad, direccionar nuestro crédito, manejar nuestra moneda, disponer de nuestras reservas, controlar los movimientos del capital especulativo, evitar la fuga de divisas. Una libertad que, articulada con valores patrióticos, resiste las imposiciones de las hegemonías mundiales, de amarrar con una lógica unívoca las institucionalidades nacionales, naturalizando un pensamiento único con un lenguaje hecho de palabras que hoy las mayorías populares perciben como penurias, mientras ellos las pronuncian como dogma de la virtud: mercado, ajuste, austeridad, clima de negocios. La nueva época fomentó el renacer de la industria y el vigor del consumo popular, lo que hubiera sido imposible sin el reencuentro de la economía y la política, de la mano de las decisiones distributivas.
El tránsito de años y de esfuerzos ha dejado una marca en la conciencia y la sensibilidad popular: no hay vuelta atrás, no se atará más el destino nacional al capital financiero internacional y sus préstamos usurarios. Ser dueños de lo nuestro conduce a otros debates y objetivos peliagudos: definir el proyecto de país, de estructura productiva, de diversificación sectorial, de innovación tecnológica, de modelo extractivo, de articulación en la integración regional; nada de esto puede ser agenda del mercado ni de decisiones de corporaciones oligopólicas, sino una cuestión de ciudadanía. Así, la determinación del ingreso de inversiones extranjeras reclama ser involucrada en esa esfera, con la discriminación estatal de cuáles son virtuosas y cuáles son innecesarias e indeseadas.
El ingreso indiscriminado de inversiones extranjeras vivido en otras épocas de nuestra historia significó desarrollismo sin desarrollo, restricción externa en lugar de aporte genuino de divisas, dependencia y no autonomía de la tecnología, estructura económica deformada cuando se la requiere integrada, polarización social que frustraba el anhelo de justicia distributiva, acentuación de las brechas entre regiones que conspiraba contra la unidad nacional. No hay proyecto de desarrollo conducido por una plétora de inversiones extranjeras descontroladas y con destinos errantes. Así, entre un desarrollismo mercantil y un proyecto nacional de desarrollo hay un abismo. El segundo necesita de un plan ejecutado por los liderazgos y representantes populares, apoyado en la participación social y su conducción descansa en la dinámica de un bloque social diferente.
La nacionalización de YPF es un hito hacia la conquista de la autonomía económica. Junto al Correo, AYSA, la estatización de la administración de los fondos previsionales, Aerolíneas Argentinas, son decisiones políticas que revierten la descalificación que sobre la capacidad empresaria del Estado introdujo, en el sentido común popular, la hegemonía neoliberal. La subsistencia de ese prejuicio es un lastre, una rémora del desprecio por la política, un residuo del elogio de lo privado sobre lo público. Recuperar -revitalizado, mejorado y corregido- ese papel del Estado, es vital para profundizar los cambios. Por eso, todo error en la conducción de la gestión estatal, toda desidia o interés particularista en este ámbito, revista una doble gravedad, la que significa en sí misma, y lo que carga en ella como desprestigio de la llave maestra de la reconstrucción popular: la democratización operativa del ámbito de la acción colectiva pública, encarnada en sus instituciones estatales para las cuales ser mejoradas es su obligación inherentemente ética y política.
Sin esa recuperación resulta imposible contrapesar la extranjerización heredada del neoliberalismo, uno de los ejes principales para la apropiación de los activos y su renta nacionales de la globalización financiera. La YPF previa a la nacionalización, la administración y el estado de las concesiones ferroviarias con sus episodios trágicos y los comportamientos oportunistas en la fuga de capitales son muestra acabada, por sus falencias, limitaciones y degradaciones, de la ausencia de una gran burguesía nacional que pueda jugar -por sí- ese rol. Más productivos y justos resultarán esfuerzos en apoyo y fomento del despliegue de un empresariado mediano ligado al empuje de mejoras en la productividad, a la redistribución de ingresos, y a un destino propio comprometido con la suerte del proyecto. De la misma manera, deberán seguir profundizándose los esfuerzos por sostener y ampliar las experiencias de economía social que hoy recorren el país más allá y pese a la invisibilización a las que son sometidas.
El abordaje de la cuestión minera, que se entrecruza en los mismos nudos problemáticos, no puede resumirse en un productivismo que omita que toda producción es un acto social responsable, ni por una concepción purista de la naturaleza que omita que es el trabajo humano el que la transforma en habitable; sólo que la habitabilidad colectiva regida por el trabajo debe hacer de éste un núcleo que albergue por igual las grandes funciones de la tecnología y las conquistas del pensamiento crítico, según las cuales toda relación social, y toda relación del hombre con la naturaleza y sus dones, es en última instancia de carácter ético. Por eso se demandan justamente enfoques integrales que contemplen tanto la explotación de riquezas con potencia generadora de divisas, como el cuidado del ambiente y la integración de cadenas productivas que eliminen la lógica de persistentes economías de enclave, en las cuales la explotación se reduce a extraer y exportar minerales sin una doble mediación: tanto la mediación industrializadora autónoma como la mediación ética ambiental, de interés de los pueblos, no sólo los que habitan las regiones afectadas por esa explotación, sino de las naciones en su conjunto. Nada mejor que el ejemplo de YPF para avanzar hacia una minería sustentable aceptada por los pueblos a través de eficaces mecanismos de consulta: una empresa nacional que tenga centralidad en el desarrollo de la actividad y cuya racionalidad exceda la acotada mira de la eficiencia basada en la rentabilidad de los grupos oligopólicos.
Esa centralidad y revitalización de las instituciones del Estado es requerida también para revertir el deterioro producido por años de reacción conservadora en el sistema de salud. Sistema fragmentado, ineficiente e injusto, resultado de los sucesivos e intencionados golpes destinados a destruir lo público y dejar el campo libre a la voracidad del mercado. Y aunada a una noción de derecho a la salud, pero en igual relevancia a la expansión de derechos civiles que hoy atraviesa el debate público, se presenta la necesidad de legalizar el aborto y haciéndolo de alcance libre y gratuito, salvando vidas que por condición social no acceden hoy a intervenciones adecuadas, y realzando el derecho a la maternidad por sobre la servidumbre de la mujer.
3.
Una de las palabras que todos los pueblos aprenden a pronunciar con prudencia es la palabra tragedia. En este caso podemos decirla. La verdadera hecatombe económico-social internacional que proviene de la crisis de la financiarización construye un momento trágico de la historia contemporánea: destrucción de servicios públicos que devienen en la desatención de derechos económicos y sociales; organismos internacionales de crédito interviniendo como policía financiera para garantizar las acreencias de los bancos en las periferias europeas; Estados nacionales del centro del mundo puestos al servicio de los intereses de las entidades bancarias de sus países; emisión desenfrenada de divisas para el salvataje de las ganancias y los capitales de los especuladores.
Personajes mediocres gobiernan potencias como sombríos espantajos que balbucean lenguas susurradas, cuando no directamente dictadas por el poder financiero y emiten discursos que reclaman mayores ajustes y penurias a los pueblos y regiones mundiales ya acosados por la globalización del capital bajo una implacable estrategia especuladora, mientras los propios esquilmadores se solicitan a sí mismos la continuidad de las políticas que condujeron al desastre. Ni una luz, ni una idea, ni un asomo de inteligencia estratégica en las entrañas de un poder mundial cada vez más tentado y familiarizado con las lógicas de la impunidad. Impunidad de las guerras injustas, de los ajustes despiadados, de los racismos, de las fronteras para los pobres y el internacionalismo para los capitales. Se está construyendo, ante nuestros ojos, un destino que bordea un sentimiento aterrador, con nuevas formas de vigilancia mundial, operaciones clandestinas e intervenciones militares que provocan lo mismo que dicen querer combatir, rediseñándose en las sombras un nuevo código penal sigiloso que internacionaliza puniciones, regula su misma ilegalidad e introduce en el propio campo civilizatorio nuevas formas de violencia disciplinadora, que incluye acciones militares selectivas que no quieren abandonar la conciencia humanista de Occidente, por lo que se consuelan creyendo que son acciones de la razón los más bárbaros atropellos contra la condición humana. Por eso, nosotros, también actuamos para rescatar un legado filosófico y moral, que aun con sus renunciamientos y deficiencias, todavía puede construir un destino colectivo basado en libertades irreductibles y consideraciones últimas de la razón política inspiradas en las raíces de autodeterminación que tiene toda vida colectiva.
La crisis que hoy se vive es una concurrencia compleja de discursos, sistemas y políticas. Es la evidencia de un fin de época de retrocesos servidos con palabras edulcoradas que velaban la realidad mientras subterráneamente el proceso avanzaba hacia el actual desastre: fin de la historia, globalización, aldea global. La idea que pudo ser generosa de una humanidad intercomunicada a través de sus mundos de vida, puede quedar en manos de monopolios mediáticos que operan una forma de gobiernos sobre los pueblos, sostenida en el terror subjetivo, el miedo al futuro, el abismo de la historia que solo impondría un refugio en el oscuro placer de la sospecha, en una sociedad del espectáculo que en vez de hacer crecer las artes visuales con el recurso de las tecnologías vistas desde su lado emancipatorio, las ofrecen como circuitos de control de los símbolos de éxtasis, dándole una mísera resolución a la cuestión de la representación, el juego y la felicidad pública.
Como herida expuesta queda la característica estructural de la época y su actual desemboque: la hegemonía del capital y su despliegue revanchista contra el trabajo, manifestada en una redistribución regresiva del ingreso que facilitó la expresión extrema de la contradicción entre producción y consumo. Sin riesgo para esa hegemonía el capital apuesta a una mayor financiarización y dramáticos recortes de derechos humanos a los pobres. Una ruta a la barbarie. Sin embargo, las luces frente a las tinieblas del mundo central asoman en la periferia. La más prometedora, la más desafiante, la más transformadora es la de la nueva América Latina y el Caribe, que en la situación mundial actual se constituye en lo que podríamos denominar un bloque de resistencia contra la barbarie.
El concepto de barbarie fue solicitado en múltiples ocasiones para juzgar las paradojas de la historia. Se lo usó para visualizar lo extraño o lo extranjero, aun cuando fuese portador de virtudes que no encajaban en la mochila de los vencedores. Ahora, como un envío de los tantos sacrificados por culturas políticas que cometieron el profundo error de sentirse superiores solamente por gozar del imperio de la fuerza, surge de los horizontes latinoamericanos un dictamen que viene de lejos y se escucha de múltiples maneras: la lucha contra la barbarie implica revisar historias, construir conceptos nuevos que en la maraña de horas de violencia que vive el mundo, rescate nociones arcaicas de libertad creadora con los lenguajes de una modernidad de los pueblos, que muestre que no cortar el hilo de la memoria es lo más avanzado que pueda ejercerse en materia de liberaciones políticas, intelectuales y artísticas.
Vaya paradoja de nuestros tiempos, reminiscentes como siempre de otros que se presenciaron en el pasado, y que sólo divergen de estos porque la astucia de la historia ha cambiado uno o dos nombres propios; los voceros de esa Europa que parecía ilustrada e inclusiva, cuna de todas las artes y las ciencias y de toda protección social, no trepidan en calificar de populistas a gobiernos democráticos latinoamericanos que han vuelto sus miradas a procederes más ajustados a los deseos y necesidades de sus pueblos. He aquí que si el voto en Latinoamérica y el Caribe está menos “bancarizado” y responde más aproximadamente a lo que necesitan sus indigentes y sus pobres, si crean trabajo en lugar de destruirlo, si sus empresas son más controladas por los Estados y los créditos bancarios se inclinan hacia los pequeños y medianos emprendimientos en lugar de cómo siempre a oligo y monopolios, es porque los acogió el demonio. Pero el pacto con el diablo, gran fábula literaria de todos los pueblos, y que diera tanto en Europa como en Latinoamérica obras literarias ejemplares, desde Goethe hasta Guimarâes Rosa, puede interpretarse hoy como una nueva alianza entre ejércitos tecnológicos y tecnologías financieras, la que usurpando la libre decisión de los pueblos, da curso a una nueva camada de administradores de emergencia que suponen que las poblaciones agredidas canjearán su futuro entrando en las nuevas burbujas del ilusionismo en el nombre de lo que ya no puede pensarse a sí mismo: el capitalismo mundial, en todos sus aspectos.
Consideran honorable gesta atacar a numerosos gobiernos latinoamericanos, con la rara persistencia de un bombardeo continuo, porque se les ha ocurrido dar pasos hacia la autonomía de los países centrales. Estos herejes han decidido crear y fortalecer la UNASUR y crear la CELAC -una renovada región con expansión de derechos y nuevas formas sociales y económicas-, inspirados en las mejores tradiciones independentistas y patrióticas. Las diatribas son feroces y odiantes. Más aún cuando provienen de los medios de comunicación de la propia América Latina que les son afines y los partidos locales de oposición. Evo Morales en Bolivia, Correa en Ecuador, Dilma y Lula en Brasil, Néstor Kirchner y Cristina Fernández en la Argentina, Hugo Chávez en Venezuela y Mujica en Uruguay, tienen la gran oportunidad, aun en sus diferencias, para mostrar que las fuentes de la democracia que conciben como la mejor forma de organizar la sociedad, implica una noción crítica frente a los que consideran que las naciones libres ya son artificios, meras superficies inventadas como efecto de los grandes negocios, tráficos clandestinos y dominio irracional de la naturaleza.
El más claro y reciente ejemplo de esta capacidad de la región es la sanción al gobierno ilegítimo que desplazó a Fernando Lugo, acrecentada con la decisión inmediata de incorporar Venezuela al Mercosur. Este hecho, que convierte a la región en la quinta potencia mundial, es la más dura derrota asestada a la diplomacia y a los servicios de inteligencia norteamericanos desde que el ALCA fuera liquidado en Mar del Plata en 2005.
Por eso es necesario preguntarse si este momento argentino y latinoamericano que se desenvuelve alrededor de los principios de la libertad, la justicia y la dignidad de los pueblos está en riesgo. ¿Es diferente este momento a otros, ya superados, donde se puso a prueba lo que se estaba logrando? Esta pregunta habita en los que han tomado la decisión de colocar sus esfuerzos alrededor de los principios legítimos que animan estos gobiernos de la transformación. No hay dubitación en nuestro apoyo, que se mantiene activo precisamente porque la pregunta por el riesgo, al hacerse, obtiene respuesta afirmativa. Si hay riesgo, que lo hay, hay redoble de la circunstancia solidaria con los gobiernos democráticos de la región. Por eso tomamos la palabra junto con nuestro pueblo, que busca, recuperando antiguas memorias y experiencias, atesorar en sus manos el destino colectivo, cuando pasa del uno aislado al múltiple, contradictorio y expresivo, diletante y combativo, critico sin razón o con fundamento, que habita en el corazón de toda realidad. De ese pueblo somos parte. Este es el que ha decidido estar, en su mayoría, junto a nuestro gobierno, porque la historia marca su lugar.
Desde los 70, donde todo nuestro continente hervía en los pueblos movilizados por una historia diferente de la que labraron durante décadas la alianza entre las oligarquías locales, los grandes multimedios y los representantes de los intereses norteamericanos, la lucha dejó miles de muertos, cuya memoria destella como reclamo incesante por la justicia. En los 90 el carnaval alegre del salvaje capitalismo festejó el triunfo de los poderosos y el de la miseria económica y moral de los pueblos. Aunque no es la historia esa mochila cargada con anécdotas y fechas, actos heroicos y traiciones, frases célebres y olvidadas, nombres de hombres que figuran con los datos del vencedor y del vencido. Hay una historia que se repite y vuelve a lo mismo. Pero hay otra, la que nos muestra lo que se repite en la historia cuando esta repetición proviene del futuro, y conservando lo más innovador, el acontecimiento del pasado, introduce una diferencia que resitúa ese acontecimiento, le da dimensión y sustancia, lo convierte en poder para realizar esas transformaciones que se pusieron en juego y fueron derrotadas.
No es una cuestión casual, aunque admite porciones importantes de anomalías en lo que nunca es el trazado lineal de una historia. Algunos, como Néstor Kirchner, pusieron en juego la capacidad de captar el momento y hacer lo necesario para la reparación del olvido que había caído sobre el pueblo, para recuperar la política como arma de transformación. No haremos el recuento de lo logrado y que se continua, sin duda, en lo que Cristina Fernández produce en medio de las inclemencias de la hora y que es la continuidad histórica de una posición, de una decisión que transforma las luchas de los 70 en un accionar sin tregua por la igualdad, la justicia social y económica de este tiempo, convirtiendo las heredadas utopías en el poemario laico y complejo de la acción popular. La entrada de cientos de miles de jóvenes a la política anticipa el rostro del futuro, porque sin una movilización masiva, en los momentos necesarios, queda sin soporte un proyecto que busca aún su tono, sus palabras justas, en medio de decisiones que tomadas siempre en tiempo de urgencia, han cambiado la manera y la intensidad de la discusión política en el país.
Si hablamos de riesgo sin mordaza alguna, sin ningún condicionamiento a nuestro apoyo irrestricto a este proyecto popular, es porque el bloque del poder tradicional puede aparecer como vencido, pero simplemente posterga, hasta encontrar el momento adecuado para golpear sobre estas jóvenes democracias populares. En nuestro país lo intentaron con la Resolución 125, y no pudieron. Pero han logrado voltear, utilizando los recursos cínicos del republicanismo constitucional y en nombre del rescate de la propia democracia de las manos de sus supuestos pervertidores, la incipiente democracia paraguaya e instalaron, nuevamente, en Bolivia, la idea de un golpe contra el presidente Morales. Como si de una recurrente pesadilla se tratase, la instalación en Mariscal Estigarribia, Paraguay, de la base militar de los EEUU, con 1500 marines con inmunidad diplomática y un aeropuerto donde pueden aterrizar sus gigantescos aviones, recuerdan la evidente injerencia norteamericana en tramos aciagos de una historia no tan lejana que reclama de nosotros, y de nuestros gobiernos, el estado de alerta y denuncia que garantice la continuidad de los proyectos democrático populares.
Pero sabemos que este escenario no es todo. Hay debates que nos corresponden a nosotros, como argentinos. La potencia imperial es previa a sus representantes, a las alianzas históricas con ese sector que representa lo inmóvil de la historia y, más aun, el lánguido reclamo de retroceso de lo tanto que se ha logrado en la Argentina en estos años de gobierno popular. Ese sector nunca se dará por vencido. En la defensa de sus intereses, que radica fundamentalmente en sus tasas de ganancias. Por esto, es necesario afirmar, continuar, debatir, la lógica y hasta diríamos la epistemología que haga imposible este retroceso del país, respecto al avance formidable de estos últimos años, con la única arma posible: profundizar, corregir, proponer, movilizar.
Por otra parte, los pueblos y los gobiernos de Suramérica, son navíos en la tormenta que asumen la responsabilidad de rediseñar las magnas normas para que coincidan con los procesos de transformación que suceden en varios países de la región viabilizando, en algunas de esas experiencias populares, la eventual continuidad democrática de liderazgos cuando estos aparecen como condición de esta inédita etapa regional. Ello configura un “momento constitucional”, apropiado para ligar las transformaciones en curso y el andamiaje legal. No se trata de imponer normas, sectorizar gobiernos, arbitrar en causa propia en cuestiones de grave significación institucional, sino de pensar en forma completa el decurso de una historia. Si las formas más relevantes de los cambios deben ser protegidas, un armazón novedoso de normas debe legislar a una escala constitucional admisible y nueva, las relaciones entre el Estado y la sociedad, entre la producción y el consumo, entre la economía y la política, entre la república y la nación, entre los derechos particulares y los derechos sociales.
Es posible que no se resista a utilizar la fácil calificación de nombrar el fenómeno como “constituciones de última generación” por la obviedad imperiosa de aparecer como nuevas, pero conviene descubrir y destacar que lo que las distingue es tanto el proceso que las genera como las definiciones con que rediseñan a las naciones. No se trata del antiguo constitucionalismo que lanzaba sus dictámenes luego del crepúsculo, luego de que las guerras terminaran y permitieran que “el buho de Minerva alzara vuelo”, sino que ahora el propio saber constitucional es parte de las acciones políticas reales. El proceso que aquí se desea es envolvente, popular, participativo, no se reduce a la mera emisión de un voto eligiendo a los que en la situación serían los constituyentes. El mandato se cuece en un intenso debate democrático y masivo, en algún caso entremezclado con innovaciones más sensibles de las formas de representación.
Un nuevo cuerpo normativo, realizado y sostenido por un sujeto constituyente popular, debe establecer una barrera antineoliberal, en el reconocimiento de la multiculturalidad, la reconstrucción de la geometría del Estado, la inclusión de nuevas formas de propiedad, el dominio nacional-estatal de los recursos naturales, la protección del ambiente humano y natural, el reconocimiento de la salud como derecho y las responsabilidad del Estado para ofrecer respuestas integrales a la necesidad de salud de las poblaciones con eje en servicios públicos, el respeto a la heterogeneidad lingüística del territorio nacional, las relacionales colaborativas entre sociedad y Estado: en suma, el reconocimiento de áreas que requieren un gran debate imprescindible.
¿Cómo no reconocer que Argentina necesita una nueva Constitución? El proceso de transformación en curso que en nuestro país reconfigura la nación es parte del fenómeno que recorre Suramérica. Y este fenómeno, sea que atraviese momentos de bonanza como de riesgo, merece una altura constitucional diferente. Esta es nuestra convicción y nuestro compromiso.
= = =
Entrevista a Horacio González en Paris
http://www.arte-actual-paris.blogspot.fr/
Video de la entrevista de Horacio González en Paris,
con la amable participación de Alejandra Birgin,
en ocasión de la presentación del libro reditado de
Paul Groussac “Las Islas Malvinas”.
Producción Arte Actual
Cycle 2012 « La femme et la politique»
Vidéo du discours de Mme Cristina Fernández de Kirchner
link: http://youtu.be/yK58deF-Li0
La Victoria y el mar
Fotomontaje Maria Lagrange
Fotos: Página 12 del 2 de abril, Victoria de Samotracia, Museo del Louvre, Mar de Malvinas
Versión Francesa
Chers collègues, amis et membres de Carta Abierta Francia.
Nous ouvrons notre cycle, « La femme et la politique» 2012 de la Commission « La femme et la Politique » de Carta Abierta Francia, avec ce discours traduit en français de Mme la présidente Cristina Fernandez de Kirchner, prononcé le 2 avril 2012 à Ushuaïa, lors de la commémoration des 30 ans de la guerre des Malouines entre la dictature militaire argentine (1976-1983) et la Grande-Bretagne de Margareth Thatcher.
Nous invitons toutes les personnes intéressées par la thématique de « La femme et la politique» à découvrir le contenu figurant dans notre blog Carta Abierta Francia : des vidéos sous-titrées en français des récentes interventions publiques de Cristina Fernandez de Kirchner abordant des sujets politiques complexes de l’actualité argentine.
Il ne s’agit pas ici d’une stratégie progressiste pour la parité des sexes sur la scène politique, mais de démontrer la réelle capacité d’une femme à interpréter l’ensemble d’une société actuelle dans sa diversité, en plein changement et avec une très forte croissance économique.
Nous vous encourageons tous à venir apporter vos réflexions durant les prochains débats, ainsi qu’à nous proposer des articles à publier dans notre blog. Non pas dans le but de créer un culte de la personnalité autour de la Présidente mais au contraire, consolider le champ de diverses opinions basées sur le cas concret d’une administration régie par une femme, dont la réélection avec 54 % des voix dès le premier tour de scrutin prouve de toute évidence une reconnaissance incontestée de la gestion exercée pendant les quatre premières années de son mandat.
Versión Española
Queridos compañeros, queridos amigos y miembros de Carta Abierta Francia,
Inauguramos nuestro ciclo 2012 de la Comisión “La mujer y la política” de Carta Abierta Francia, llamado “La mujer y la política”. Con este discurso traducido al francés de la Presidenta Dra. Cristina Fernández de Kirchner, en ocasión de la conmemoración los 30 años de la Guerra de Islas Malvinas entre la dictadura militar argentina (1976-1983) y el Reino Unido de Margareth Thatcher.
Convocamos a todas las personas que se interesan en esta temática “La mujer y la política”, a descubrir en el blog de Carta Abierta Francia, videos subtitulados en francés de las recientes intervenciones públicas de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en Argentina sobre diversos y complejos temas de actualidad.
No se trata aquí de una estrategia que busca establecer la paridad de géneros en la escena política – si bien es necesario – sino de destacar la capacidad real de una mujer para interpretar una sociedad diversa, en pleno cambio y con un crecimiento prolongado de su economía.
Los invitamos a aportar sus reflexiones para este o próximos debates a través de artículos que resulten de este tema para publicarlos en nuestro blog. No se trata de crear un culto alrededor de la personalidad de la Presidenta de la Nación Argentina, sino todo lo contrario, fortalecer el campo de las opiniones sobre una administración conducida por una mujer, que obtuvo un indiscutido reconocimiento en las urnas, después de 4 años de gestión, con el 54%de los votos en la primera vuelta electoral.
Homenaje
de Carta Abierta Francia
a Eduardo Luis Duhalde
La Muerte no duele, pero sobrevivir, sí
Por María Lagrange
Miembro de Carta Abierta Francia
“La memoria, no es el simple recuerdo. Es la resignificación de ese recuerdo, analizado en todas sus implicancias y en vistas a la construcción del presente y del futuro, como los elementos constitutivos de ese periodo de horror, que tenemos que lograr que sea comprendido por nuestras generaciones y las sucesivas, para que el “nunca mas” no sea simplemente una petición de principios o una consigna, sino para que en Argentina no vuelva a suceder”. Eduardo Luis Duhalde
Murió en Buenos Aires a los 72 años, Eduardo Luis Duhalde, designado en la Secretaría de Derechos Humanos por el gobierno de Néstor Kirchner, en 2003, y ratificado por la presidenta Cristina Fernández en 2007 y 2011. Fue uno de los artesanos de la Patria de Derecho que esta forjando la Argentina desde el 2003 y personalidad clave, en la construcción del pilar central del proyecto Nacional y Popular que coloca a los Derechos Humanos en el centro de su fundación con los juicios por la verdad, la memoria y la justicia .
En Argentina cuando se dice “Nacional”, se refiere a la descolonización cultural, política y económica de nuestro territorio, y como “Popular” se entiende el objetivo de inclusión fraterno y solidario de todos los miembros de la Nación. El virreinato, retoño de la monarquía, estaba fundado en un estado de privilegios y castas que utilizaba una justicia discriminatoria y de indultos, sin miramientos a la condición humana, aplicando abusos y arbitrariedades a las personas. La revolución de 1810 funda el Estado de derecho, igualitario y libre que constituye la guía y el lineamiento del pensamiento argentino independiente.
Diseñar una visión universalizada de los Derechos Humanos, de modo que abarque todas las áreas del hombre, la mujer y sus niños, requiere el trabajo arduo y meticuloso de orfebres de la justicia, pero también de la memoria. Y si algo es intachable en la trayectoria de este compañero, es su lealtad ideológica a los valores que lo formaron en su temprana juventud como militante, en los espacios de lucha que compartió con Ortega Peña, como los que el mismo creó desde su dolor de sobreviviente, donde esta noción fundamental de la Republica fue la idea madre del diseño de Justicia.
La Justicia es entonces, un valor de la humanidad, y como tal es un concepto, solo que a la hora de bajar las anclas y aplicarlo en la sociedad, toda la historia personal cobra un sentido sustancial, ya que es el genio del oficio de jurista y filósofo del derecho que le dará forma humanizada al arquetipo, pero es el militante de terreno, el hombre de combate, el sobreviviente, el que verterá la ética en cada acto cotidiano, en cada reglamento, en cada norma, en cada protocolo, guiado por su memoria del combate por el mundo en el que queremos vivir. Cuántas veces se borra con los codos en el terreno cotidiano, lo que costó vidas conseguir en el terreno del concepto!
Una Secretaría de Derechos Humanos, puede ser un conjunto de puestos y oficinas del Estado que trabajan bajo un orden ya establecido, pero en las manos de Eduardo Luis Duhalde fue mucho más que eso, fue un instrumento político de alta creatividad social. En sus manos, fue un medio de injerencia en los espacios culturales más oscuros y sórdidos de nuestra civilización, donde las víctimas allí abandonadas desde hace siglos, ya no soñaban ni remotamente un rescate. El abogado estuvo allí, penetró los estratos temibles de la condición humana, refutó la idea de imposible, la idea de impenetrable, de zona, e iluminó la conciencia social aportando rescate. Rescatar es un acto heroico, dignifica a toda la sociedad y dignifica al rescatado que se convierte a su vez en digno de ese rescate. Salvar a otros es el acto más noble de nuestra especie y solo es posible cuando se ama a la humanidad, cuando se honra la vida como él supo hacerlo.
Sobrevivir es una responsabilidad. La memoria de los caídos y las victimas del terrorismo de Estado, es el deber que se auto designan quienes conjugan tozudamente los verbos en Presente! Continúan las postas, bregan, piden, escuchan, preguntan, averiguan, analizan, reflexionan, interpretan, corroboran, contra viento y marea. Viven y reviven las historias, las amasan, las trabajan, las estacionan, las retoman, hasta constituir una masa compacta de sentido, homogénea, coherente, única: la verdad. Que buscan? Justicia. Que crean? Memoria.
Desde el pensamiento de Eduardo Luis Duhalde, es el concepto de la figura de la victima que cambia radicalmente en los estrados de los tribunales argentinos. Por ende también cambió el rol del Estado al que se le atribuyen obligaciones hacia la persona. Dejando de ser esta condición una deshonra para la persona, se fortalece la figura del testigo, y del testimonio de la victima. La más afectada por este cambio es la condición femenina que desde el 2003, el Gobierno Nacional y los distintos Poderes del Estado Nacional impulsaron diversos instrumentos legales para combatir la trata de personas y asistir a sus víctimas. Entre ellos, la Ley 26.364 de Prevención y sanción de la trata de personas y asistencia a sus víctimas, sancionada en 2008; la promulgación del Decreto 936/2011 de Erradicación de la difusión de mensajes que estimulen o fomenten la explotación sexual; la creación de la Oficina de rescate y acompañamiento a las personas damnificadas por el delito de trata; y la aprobación de la resolución 742/2011 que instrumenta el Protocolo de actuación de las fuerzas federales para el rescate de las víctimas de trata de personas.
Con Eduardo Luis Duhalde se escurren entre los dedos todos los tiempos de verbo. Sucesos del pasado, acción en el presente y construcción del futuro, se vuelven artificios de la gramática a la hora de ordenar la labor de este hombre gigante del coraje y el amor. Despido a este entrañable compañero desde lejos, desde donde lo conocí, el saludo cordial en las diversas reuniones y conferencias en la Embajada Argentina en Paris. Lo recuerdo pausado, sutil, cuando en el 2006 la Embajada se agitaba palpitante, reuniendo todas las familias del exilio para homenajear la memoria condecorando a los justos franceses que contribuyeron con los Derechos Humanos en Argentina. Lo recuerdo también en la UNESCO, donde lo vi por última vez, en el premio que se le otorgó al trabajo de las Abuelas de Plaza de Mayo. Conservo de él su imagen amable, su inmensa discreción y la incontestable fuerza moral de sus palabras.
París, 4 de abril de 2012
Carta Abierta / 10
Por una tierra sin condenados
En medio de las grandes esperanzas, sucede nuevamente el penoso acontecer de la sangre derramada. El asesinato de Cristian Ferreyra es un hecho de inconmensurable gravedad. Afecta nuestras vidas no sólo porque nuestras vidas son de por sí afectadas por una memoria bien conocida, sino porque en cada una de estas muertes inocentes surge a bocanadas el signo de una historia irresuelta e injusta.
Son muertes inocentes no porque en estos luchadores no haya alguna vez un hierro candente en la mano o un puño que se cierre sobre una piedra. Son inocentes porque son muertes que nos siguen diciendo que una porción enorme de la historia argentina ni siquiera en esta época propicia consigue tener un balance templado y equitativo. Esta época no ha sido esquiva en generar justas reparaciones. Por el contrario, sus políticas tienen el signo de una cabal apuesta por la ampliación de la igualdad. Por ello mismo, debe ser propicia para mencionar estos hechos que le son extraños o anómalos.
Ferreyra es un nombre que surge de un anonimato tranquilizador, pero es el nombre de las cosas referidas al hierro, que de repente nos recuerda que somos mortales, seres precarios, que sólo tenemos nuestra muerte para representar toda una época entera con un fogonazo inesperado. Vivimos, en ese sentido, todavía, en una época de hierro o con disyuntivas de hierro. Ferreyra, que era un militante de un movimiento social de autodefensa campesina, representa una larga historia.
Es una historia que se remonta por lo menos al siglo XVII, donde las comunidades indígenas cuyos nombres nos son vagamente familiares o desconocidos –cacanes, calchaquíes, ologastas, lules, vilelas, capayanes, famaifiles, fiambalás, colozacanes, andalgalás, quilmes, pacciocas–, podían entrar en guerra entre sí, aliarse de diversas maneras a los españoles o protagonizar sangrientos levantamientos que el ejército de los colonos españoles reprimía con saña, pero no sin esfuerzo. Es así que en 1632, el cacique Chemilyin pone sitio a ciudades importantes de La Rioja desviando el curso vital de los ríos, y pone cerco a la ciudad de Londres, llamada así en homenaje a la esposa de Felipe II, que era inglesa. Son historias lejanas, que se hablan con nombres extraños y pronunciados en otros idiomas.
Pero el secreto de la historia es que siempre es lejana hasta que un hecho de sangre acerca todo un material que parecía perdido para alimentar una acostumbrada brutalidad, que es milenaria y es también de nuestros días. Cristian Ferreyra habla de las modernas luchas por la tierra y habla también de luchas muy antiguas. No es necesario que imaginemos un pasado pulcro e incontaminado. La guerra y la violencia imperaban entre etnias cercanas, que podían unirse con el español o aliarse contra él. Por eso, sin una noción de lejanía indiscernible y heterogeneidad sorprendente no nos podremos hacer cargo de esa historia. Y debemos hacernos cargo hoy en un sentido reivindicativo respecto de la justa tenencia de las tierras campesinas, el respeto de los bosques y la crítica a una expansión agraria a fuego y escopeta.
Sabemos que esa historia llega hasta nosotros, pero no llega de cualquier manera, sino a través de muchos cortes, disoluciones y desvíos. Llega a través de un hilo frágil e impuro, porque no es una historia de purezas ni de identidades contundentes. Pero llega de una forma dramática cuando ocurre un asesinato, y vuelven nombres que los siglos parecían haber acallado. Son campesinos que tienen su tierra amenazada. Son los campesinos en los que resta aún un filamento étnico muy antiguo. Surge el nombre de la etnia lule, vinculada ahora con el moderno problema de las tierras. Son nombres que reaparecen cuando actúan el capanga, la policía rural dominada por las peores lógicas de los empresarios, pequeños o grandes de la tierra, vinculados con una irresponsable clase política; son nombres de pueblos y de lenguas muchas veces extinguidas, o con pobres vestigios que llegaron hasta nosotros, como los sanavirones, los tonicotes, los diaguitas, que en muchos casos conocían rudimentos de metalurgia, como parte de la gran civilización del maíz y del zapallo, del algarrobo y del chañar.
Algunas de ellas son palabras legadas por estas culturas, otras provienen del nombre que le sobrepuso el idioma que hablamos a otros idiomas que se han perdido, pero vuelven a tocar nuestras puertas con un mensaje inequívoco, donde pueblos antiguos que se llamaban de modos que hoy ya no son audibles, vuelven por lo suyo bajo una denominación genérica que estamos en condiciones de comprender muy bien. Porque es el pueblo argentino, hecho de la fusión de miles de otros pueblos, y que se elige ahora con ese nombre también para señalar que la expresión pueblo argentino, entre tantas otras significaciones, es un resumen de tareas pendientes, reformas sociales profundas, esperanzas en una nueva sociedad.
Tiene que ser en esta época y no en una próxima estación nebulosa e indeterminada, que se solucione el problema de tierras en la Argentina y que se consideren los planes agroalimentarios no como sinónimo de desbaratamiento de los montes sino de soberanía alimentaria. Es un problema multisecular, que queda en penumbras hasta que un asesinato lo ilumina. Del mismo modo, el asesinato de Mariano Ferreyra iluminó como una chispa al costado de las vías, la realidad oscura de la tercerización. La superposición de nombres es casual, la acumulación histórica de los problemas no lo es.
En ciertos aspectos, muchas comunidades campesinas del país son ahora contemporáneas de los encomenderos, de la mita y del yanaconazgo. Pero también son contemporáneas de las grandes utopías arcaicas, como el regreso al ayllu, a la Nación Calchaquí o el Reino de los Quilmes, que forman parte de un lenguaje posible pero quizás reacio a ver las grandes herencias de injusticia reparadas a la luz de lo que les debe ahora la nación moderna. No obstante, hay que decir que la expansión de la frontera sojera no es sólo una forma de la economía, sino también puede ser en estos casos la expansión de la propiedad por la sangre.
La avidez de un capitalismo depredador, la irresponsabilidad de inescrupulosos empresarios que siquiera son grandes propietarios, vive su Medioevo de conquista con esbirros que eligen el camino del victimario porque saben que ellos son también víctimas potenciales. El gran capitalismo agropecuario tiene su mirada en la Bolsa de Chicago, en las operaciones políticas de gran escala, en los secretos de los gabinetes químicos que perfeccionan la semilla transgénica, nuevo padrenuestro de una teología que sin tener santidad tiene a Monsanto, mientras empresarios voraces, pioneros cautivos de un clima de mercantilización de todas las relaciones humanas, se comportan como forajidos de frontera, escapados de otra época, pero tiñendo de una agria tintura este momento histórico que aunque les es heterogéneo, caen en la incongruencia de querer apropiarlo.
Cada vez que recibimos noticias infaustas, como la muerte de un miembro de la etnia Qom, de las muertes del Parque Indoamericano o las que corresponden al Ingenio Ledesma, parecen hojas lejanas de periódicos escritos por un alucinado que equivocó la periodicidad histórica. Pero no, son hechos que oscurecen nuestro presente, este mismo presente promisorio, con una lógica única e implacable: son una estructura de procedimientos insociales. Corresponden a una epistemología completa de negocios que mantiene cerrado el acceso democrático y posible a la tierra tanto rural como urbana, que comienza con genéricos intereses que podrán hablar de “sociedad del conocimiento” o “biocombustibles”, mientras una disputa por 17 hectáreas de una empresa que posee 160 mil causa tres muertes. Recordemos aquella ocasión: murieron dos ocupantes de tierras, uno de ellos apellidado Farfán y un policía, también Farfán, sin parentesco con el anterior. Hay una doble certeza aquí. Primero, la insensibilidad de los nuevos y grandes negocios que han tomado a la vieja industria de la caña de azúcar, que es un caso que tiene diferencias con la soja, pero muchas semejanzas, generando un capitalismo que fabrica combustibles con lo que anteriormente se producían materias primas alimenticias, que en el aspecto de las relaciones laborales reitera muchas conductas de la época de Patrón Costas. Y segundo, que las luchas por la tierra, tan viejas como la historia de la humanidad, enfrentan a pobladores con policías patronales, en escaramuzas lamentablemente muy frecuentes, donde mueren los hijos de la tierra, extrañados de ella ya sea porque son expulsados por los sicarios de la nueva renta agraria en complicidad con jueces o mandos policiales y políticos, o porque deben vestir el uniforme de los que son enviados a la primera fila de la represión. De allí que los más viejos apellidos de la historia de estas tierras puedan llegar a matarse entre sí, como parte de una oscura astucia de la razón capitalista.
Debe darse fin a esta situación con una nueva ley de tierras ecuánime y democrática, que las mida con los teodolitos de la justicia social, esos mismos teodolitos que empleó el ingeniero Raúl Scalabrini Ortiz y más atrás en el tiempo, el ingeniero Germán Ave Lallemant, ingenieros sociales y medidores de tierras al servicio de los pueblos. Una ley que frene la especulación, reconozca los derechos de los antiguos pobladores y cree una nueva conciencia colectiva respecto de una productividad que se equilibre con la naturaleza y no que la deprede sistemáticamente. No es aceptable que crímenes que ya asumen un carácter serial no tengan adecuado tratamiento por el hecho de que, en su ramificación ostensible, afecten a miembros de las clases políticas que mientras juegan con ademanes clientelistas, con una prestidigitación complementaria, protegen los grandes o medianos negocios con las brigadas policiales que deberían cuidar el usufructo equitativo de la tierra.
Ya muchas organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, como el CELS, el Movimiento Evita y La Cámpora, se han pronunciado. Las muertes que puntúan este período político, más dolorosas porque son en éste y no en otro, son alusiones de sangre a problemas irresueltos de la misma estructura histórica de este pedazo universal de tierra que llamamos Argentina. Algunos son problemas recientes, como los que provinieron del desguace ferroviario y la conversión en vidas precarias de miles de trabajadores que comenzaron a llamarse precarizados. La Argentina no puede ser un país que fabrique vidas precarias mientras habla de nuevas posibilidades tecnológicas.
Otros problemas tienen una complejidad propia de la escena que sabemos interpretar y festejar como propia de un horizonte nuevo. Los dilemas entre la gestión de Aerolíneas, que apoyamos, y la acción de estamentos laborales cristalizados es un tipo de conflicto nuevo que debe contar también con nuevas definiciones. El ámbito que afirma y acoge hoy a millones de esperanzas en el cambio debe llevar a una sociedad más justa y despojada de sus viejas ataduras de coerción, que también tiene su correlato en toda clase de trabazones mentales.
No es fácil darle nombre al tipo de sociedad que queremos, y ciertamente, ese nombre nuevo aparecerá cuando se pronuncie colectivamente, en el interior de la conciencia de miles y miles de personas, y en el interior de un gran autodescubrimiento colectivo. Por el momento, tenemos que pensar que cada uno de estos conflictos dirige nuestra atención a cuestiones urgentes: a darles facultad soberana territorial a los movimientos sociales que expresan viejas reivindicaciones campesinas, alargando la mirada sobre los problemas de subsistencia de poblaciones enteras cuando la lógica del agronegocio no tiene contenciones; y por otro lado, a crear un horizonte político que con más sabiduría pueda intervenir en conflictos como el de Aerolíneas, donde viejas fuerzas reaccionarias siguen al acecho, esperando demostrar que una generación nueva no es apta para gestionar en altos niveles de responsabilidad política y tecnológica. Pero esa capacidad ya ha sido demostrada, ahora hay que demostrar entre todos que cuando decimos que hay cosas que faltan, no sólo se trata de problemas conocidos o deducibles de lo que quedó pendiente de un trayecto anterior. Lo que falta no es un problema de restas y sumas, sino de imaginación política. Son problemas que muchas veces no tienen definición adecuada en nuestro lenguaje y que no se descubren tan magnánimamente ante nuestra supuesta destreza política. Son problemas que aparecen muchas veces, desdichadamente, bajo el rostro del asesinato social, comprimidos en los pliegues históricos mal ensamblados del país, como placas tectónicas que se desacomodan y que apenas nos dejan ver un hecho de sangre, que significa mucho más que la crónica policial con la que muchos intentan encubrirlo.
Al principio de la esperanza no lo asegura ninguna ley ni está escrito con marcas de hierro por la historia. Vive apenas en la imaginación colectiva y es frágil, aunque cuando se reconoce en millones tiene la fuerza de un llamado. A partir de allí comienza la política, dándoles a la gestión y a las tecnologías las virtudes de un frente social novedoso que las recubra con los contenidos de eticidad de las democracias avanzadas, y si estas definiciones sirven, será para poder pensar e inscribir en nuestra esperanza de cambio tanto a la defensa de la empresa pública de aeronavegación como a los condenados de la tierra.
21 de noviembre de 2011
A partir de la Revolución de Mayo, periódicas dictaduras y crisis económicas expulsaron ininterrumpidamente a nuestros compatriotas como consecuencia de modelos conservadores; por ejemplo, el que definió a Argentina como granero del mundo desde 1880. A casi doscientos años de su nacimiento nuestro país busca todavía consolidarse a través de un inconcluso proyecto de Nación. Producto de las más diversas persecuciones, Francia fue para muchos en distintas etapas de resistencia, un modo de mantener vivo el vínculo con los valores fundacionales que los filósofos iluministas legaron a la Revolución Francesa: Libertad, Igualdad, Fraternidad, que nos atrajeron durante toda nuestra historia. Hoy, sentimos que el mejor homenaje que podemos hacerles a todos aquellos hombres y mujeres que pelearon por nuestra Independencia es recuperar esos valores, como los plasmaron en ideales de abolir la servidumbre indígena y el régimen de castas, con los ejemplos de Castelli, Monteagudo, Moreno y Artigas entre tantos otros. Sin confundir la historia de Francia con nuestros procesos y sin justificar sus errores y abusos, el vínculo que los argentinos mantuvieron a través del tiempo, es con el pensamiento que se desarrolló en torno al concepto de ciudadano participativo, creativo, libre en sus ideas, responsable en sus actos. Carta Abierta Francia que por su composición es reflejo de los últimos períodos que atravesó nuestro país, nació ante los sucesos y conflictos generados a partir de la resolución 125 e intenta ratificar nuestro inalterable compromiso político por construir una sociedad más justa. Constatamos que los opositores a dicha resolución, reaccionaban en función de proteger sus intereses sectoriales, ignorando las consecuencias de su accionar para el conjunto de la sociedad y promoviendo prácticas de perjuicio colectivo: desde humaredas hasta cortes de ruta que impidieron la distribución de alimentos con el fin de generar desabastecimiento e inflación. Era necesaria una reacción frente a quienes despreciando el enfoque del gobierno y negándose a redistribuir estos plus de ingresos generados por las retenciones en proyectos de mejoras sociales para la comunidad, de la que ellos mismos forman parte, se mostraron indiferentes a la falta de insumos en los hospitales, al desabastecimiento urbano de miles de ciudadanos, y la penuria alimentaria de la infancia, entre otras alarmantes urgencias. Los avances logrados en los últimos años, orientados a mejorar las condiciones sociales han permitido progresos en la calidad de vida de amplios sectores. Por ello, hemos optado por unirnos a la iniciativa de argentinos que en diversas partes del país y del mundo han adherido a Carta Abierta, por resultar la propuesta de mayor cercanía con nuestra voluntad de intervenir en el debate de una manera efectiva. Ante la disyuntiva de estar en contra o a favor del gobierno actual de la República, nuestra voluntad es la de contribuir a generar una reflexión y una crítica constructiva, no desde la amenaza destituyente ni desde posiciones que albergan intereses opuestos, sino desde la preocupación práctica de alcanzar una coherencia entre las diversas políticas y obtener resultados visibles en el terreno de la comunidad. El perfeccionamiento de las metodologías aplicadas en las iniciativas políticas de este gobierno es una preocupación para nosotros, ya que es importante conservar vigente el proceso evolutivo y positivo que la continuidad gubernamental supo aplicar en el momento de reconstruir el país después del colapso económico y político de 2001 que -no está demás recordar- fue consecuencia de políticas neoliberales que nos sometieron a una alta dependencia del capital financiero internacional, achicando el aparato productivo, concentrando la riqueza y agravando las desigualdades. En consecuencia y por todas estas razones al expresarnos con esta Carta Abierta Francia /1, entendemos sumarnos al trabajo de todos los compatriotas que desde diversas partes del mundo consideran importante no distraer esfuerzos en cuestiones que no sean las de acrecentar el caudal de lo que hasta aquí se ha logrado en materia de afianzamiento de la instituciones democráticas, de ejercicio multipartidario, de política económica con propuestas de redistribución de ingresos e inclusión social, así como en materia educativa, en política exterior de integración latinoamericana, y fundamentalmente, en la política de derechos humanos. Sostenemos los proyectos que se debaten actualmente en ambas cámaras, en particular la nueva ley de medios, ya aprobada en Diputados y que se está debatiendo en el Senado, y aspiramos a que se profundice cada uno de esos logros. Ya que abrogar la ley de medios de la dictadura permitirá una mayor pluralidad de voces y el desarrollo de nuestra diversidad cultural. Invitamos con ánimo de enriquecer opiniones, pensamientos y metodologías a todas aquellas personas, sea cual sea su origen político, a formar parte de esta iniciativa que deberá por sobre todo, junto a otras prioridades, ejercitar la tolerancia, la apertura y el respeto a la diversidad de opiniones, sin tergiversar ni perder de vista el objetivo de profundización en los dominios en que el gobierno ya ha actuado positivamente, mientras que se avanza en la construcción de nuevas conquistas. Dicho esto nos resulta urgente que se traten los siguientes temas que a nuestro entender ameritan una rápida atención: ¿Qué práctica económica reflejan las normativas de nuestro país concernientes al agro y en general a las producciones que afectan al medio ambiente y la naturaleza? ¿Qué incidencia tienen esas normativas en el tejido social? ¿Qué limite existe entre el concepto de propiedad privada y el de soberanía? ¿Cómo se debe analizar la acción económica de Monsanto en relación a la soberanía patrimonial del medio ambiente y la ecología argentinas? ¿Cómo inciden los derechos legales de las personas jurídicas, como las sociedades comerciales que detentan nacionalidad argentina, conservadas a título anónimo o comercial por directivos y accionistas de nacionalidad extranjera? ¿Qué rol mediador juega el Estado en la pugna de intereses en estos casos? Observando la actual crisis mundial, explicada por especialistas internacionales, se obtiene que la proliferación de medios masivos de transporte, de comunicación, y de producción industrial, multiplicó las actividades de explotación, producción y consumo de los recursos vitales del planeta. Este comportamiento económico depredatorio que ya ha demostrado sus límites, está obligado a confrontarse con análisis y enfoques éticos de expertos y de las sociedades humanas que deberán utilizar parámetros que hasta ahora sólo fueron parcialmente ingresados en el debate. Sabemos hoy, más que nunca que la dominación, la explotación y la estafa, se producen también dentro del área de la información científica; que ocultan u omiten informar sobre las consecuencias que ejercen sobre la salud pública, el medio ambiente y los recursos naturales, las prácticas industriales y comerciales que ciertos entes emprendedores lideran. Consentir estas prácticas irresponsables, carentes de organización jurídica nacional e internacional, es autorizar el delito sistémico contra la comunidad y permitir una multiplicación de conductas mafiosas, incondenables por falta de normativa específica, legalmente imparables. Pensar la modernidad es adherir a una voluntad de control y conciencia de las consecuencias de estos cambios. Es ingenuo pensar que mientras todo cambia en el mundo nuestro comportamiento puede seguir siendo el mismo. De este modo, a partir de un trabajo mancomunado, creemos poder contribuir con nuestro esfuerzo a contrarrestar las acciones perjudiciales de un pragmatismo mercantil, tozudo y ofuscado que busca controlar áreas como las finanzas, la producción, y el desarrollo industrial y político, pero que al mismo tiempo es huérfano de proyecto social, por lo cual apunta solamente a una visión miope de ganancias e hiperganancias, lejos de una interpretación humanística de la historia. 2 de octubre de 2009. Dada a conocer en París, el 17 de octubre de 2009.
Carta Abierta Francia Espacio de reflexión sobre la realidad argentina y contemporánea * Es inquietud por la justicia social y las convergencias sudamericanas y latinoamericanas, que son metas en sí y la única vía real de consolidación de nuestras democracias. * Es compromiso con las acciones conducentes y, en nuestro caso, con el que se deriva de nuestra condición de ciudadanos argentinos y latinoamericanos, así como de nuestra inserción en Francia. * Es contribución a que se vea qué perspectivas aporta la redefinición del Estado en su papel regulador y en la promoción activa del desarrollo social y la protección medioambiental inseparables del crecimiento económico. París, 26 de junio de 2009 Contacto: cartaabiertafrancia@gmail.com Sitio del ESPACIO CARTA ABIERTA: http://www.cartaabierta.org.ar/ Otros blogs de Carta Abierta: CORDOBA http://cartaabiertacordoba.blogspot.com/ GRAN BUENOS AIRES Sur http://cartaabiertagbasur.blogspot.com/ JUNIN http://www.cartaabiertajunin.blogspot.com/ LA PLATA http://www.cartaabiertalaplata.blogspot.com/ MENDOZA http://www.cartaabiertamendoza.blogspot.com/ NECOCHEA http://www.cartaabiertanecochea.blogspot.com/ NEUQUEN http://cartaabiertaneuquen.blogspot.com/ SAN JUAN http://www.cartaabiertasanjuan.blogspot.com/ SANTA FE http://cartaabiertasfe.blogspot.com/ TODAS LAS CARTAS ABIERTAS EN EL PAIS : http://www.cartaabierta.org.ar/index.php/cartas-abiertas-en-el-pais |
¿ QUÉ E S C A R T A A B I E R T A ?
(Del artículo de Jorge Alemán Lavigne, en Página 12 el 4.4.2009)
[…] ¿Que es realmente la Carta Abierta? pregunta mi amigo filósofo en España. Es una experiencia, si por ello entendemos aquello que nos transforma sin que podamos detentar las claves últimas de dicho cambio.
Es una novedad política, que sin embargo tardó mucho tiempo en prepararse, y que llega para cada uno, como una responsabilidad intransferible, una responsabilidad con respecto a las circunstancias históricas de nuestro proyecto emancipatorio y sus impasses, un compromiso en la resignificación de una historia fallida, pero por lo mismo, también el intento de inventar y construir un relato distinto.
Es lo común experimentado en un “nosotros” que no se deja atrapar por la lógica totalizante de las identificaciones grupales.
Es el lugar donde, sin ambivalencias, se apoya al proyecto iniciado por el ex presidente Kirchner y por la presidenta Cristina Fernández, sin las famosas coartadas del “Alma Bella”, que siempre quieren acaparar la crítica de la realidad, sin dilucidar hasta las últimas consecuencias el modo en que esa realidad está construida en su ensamblaje de Poder.
Es el lugar donde el acontecimiento político se preserva de la vocinglería mediática que intenta convertirlo en un “dato de la realidad”.
Es el homenaje al hombre del Confín, y el trabajo de duelo que consiste en pensar el límite: ni se trata de “bajar la línea”, ni de atravesar la línea, sino de meditar en qué línea habitamos y somos.
Es la pregunta por la política, por fuera del tiempo de la gestión, la venganza o la reivindicación, en suma es la pregunta por las condiciones de la política para introducir lo nuevo en las singladuras históricas.
Es la puntuación nueva que hace que cultura y política ya no necesiten un futuro victorioso, ahora se trata simplemente de una insistencia, la de mantenernos en la serie que nos hace serios […]
= = =
L O S M O T I V O S Q U E N O S A N I M A N
– Defendemos la Democracia y la plena vigencia de los Derechos Humanos, la Legitimidad Presidencial y su fuente, el Sufragio Universal expresado el 28 de octubre de 2007, que llevó a Cristina Fernández de Kirchner a la presidencia por cuatro años. – Nos oponemos a toda política Neoliberal porque apoyamos las políticas de Inclusión Social con Distribución Equitativa de la Riqueza Nacional. El Estado debe desempeñar plenamente un papel promotor del desarrollo social.
– Apoyamos las convergencias políticas, económicas y sociales con los países sudamericanos y creemos en la vigencia de una Unidad Latinoamericana -cultural y solidaria- indispensable para la obtención de estos objetivos.
Todo está dicho ya; pero las cosas, cada vez que son sinceras, son nuevas (José Martí).
Para adherir a Carta Abierta Francia enviar mail con: nombre y apellido, profesión y lugar de residencia en Francia, dirigido a : cartaabiertafrancia@gmail.com que es nuestra única dirección institucional.
Asimismo, destacamos que todas nuestras actividades se enmarcan exclusivamente en nuestra Asamblea, nuestro equipo de Comunicaciones, nuestra Mesa de Iniciativas, y nuestra Comisión Juventud.
Advertencia:
No reconocemos a ninguna otra comisión o apelativo eventual que nos invoque sin nuestra autorización explícita.
Agregamos, que cualquier nueva denominación que refleje nuestros desarrollos organizativos sólo puede ser válida si está autenticada en la Página de Carta Abierta Francia, en este blog.
Y recordamos:
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A N U E S T R O S C O M P A Ñ E R O S
Estimados compañeros y amigos:
Por la presente y en relación con Carta Abierta Argentina, deseamos invitarlos a participar en la creación de Carta Abierta Francia con el objetivo de crear un espacio para la reflexión sobre la realidad argentina en una próxima reunión constitutiva.
Mientras tanto, adjuntamos la dirección del blog Carta Abierta Francia donde podrán consultar los principales textos publicados hasta el día de hoy por Carta Abierta Argentina, a la cual adhirieron numerosos intelectuales, artistas, docentes, científicos y profesionales de diversos ámbitos.
Vale la pena mencionar que el blog se encuentra en construcción y que pediremos oportunamente el aporte del conjunto para su mejora.
https://cartaabiertafrancia.wordpress.com
Creemos que la profundización del proceso político abierto en 2003 requiere el esfuerzo de hacer visible dentro y fuera del país el apoyo popular más amplio. Particularmente en este momento en el cual las elecciones del 28 de junio definirán qué modelo de crecimiento queremos para nuestro país, si el de la inclusión a partir de políticas de Estado o el neoliberal agrario-minero-exportador con su consecuente proceso generador de desindustrialización y pobreza.
Creemos que es necesario afianzar la gobernabilidad y preservar las expectativas y perspectivas populares para las elecciones presidenciales del 2011 frente a una derecha neoliberal intolerante e involucionista que no escatimará medios para conservar sus lugares de privilegio.
Es necesario entonces debatir, proponer desde un espacio plural donde las distintas voces, con sus diferencias, pero coincidentes en la necesidad de construir un país con más memoria, democracia y más justicia social, se hagan escuchar.
Nos cabe una responsabilidad a todos los sectores que compartimos los principales y mínimos objetivos participativos de este gobierno, la de concentrar esfuerzos en la defensa del modelo redistributivo, democrático, nacional y popular y que se ratifique el apoyo expresado hace poco más de un año en las urnas.
Con el deseo de participar en el quehacer democrático argentino y la unidad latinoamericana adhiero a Carta Abierta Francia,
Enviar e-mail de adhesión a: cartaabiertafrancia@gmail.com
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